Fue construida entre los siglos XVI y XVII, aunque probablemente para sustituir a un edificio anterior. Aneja al castillo, sirvió en su día para los actos religiosos en caso de asedio y fue también sede de una parroquia. En 1851 se reedificó gracias a D. Manuel Ambrosio Tariego, que llegó a ser capellán en la Colegiata de Ampudia y chantre de la catedral de Sevilla. En los años 70 del siglo XX, se produjo paulatinamente su casi total derrumbamiento. En 1977 hubo un proyecto de restauración con la colaboración de la Fundación Fontaneda, pero hubo que esperar a 1998 para su reinauguración. En su interior alberga un retablo muy retocado y rehecho a partir de los restos del que se colocó en 1787 procedente del Santuario de Nuestra Señora de Alconada y una imagen procesional del santo titular, muy popular en Ampudia. Sus fiestas tradicionales se celebraban el 23 de mayo y el 25 de julio; sólo en esta última fecha se sigue celebrando una solemne festividad gracias a la diligente gestión de su cofradía.